Ella lo abraza, dice, dios no nos perdona, somos nosotros los que damos el perdón, es lo único que nos hace humanos.
A lo lejos se sienten las sirenas de las patrullas.
domingo, noviembre 23, 2008
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
2 comentarios:
promete promete!
con leer un par de líneas, ya me gustó.
un abrazo.
escalofriante, esencia humana pura.
Publicar un comentario