miércoles, marzo 25, 2009

25/03/2009

Y mi cabeza estalló esta noche,
que es la misma de ayer
y cayeron gusanos blancos
que se arrastraban hasta devorarse unos a otros,
y la sangre oscura se mezclaba con las cenizas
de una ciudad que fue construida
con manos de sangre.

El insomnio retuerce mis carnes
y los gusanos la roen
hasta dejar al descubierto mis huesos
que se volvían polvo del cosmos.

La noche con su manto de silencio,
jaguar que vuela entre los árboles
mostró sus dientes afilados,
destruyendo todo a su paso
como un gran holocausto,
borrando hasta el último suspiro.

1 comentario:

Domini Canis dijo...

y es por eso que esperaba una muerte calma, que volando con trémulas alas pudiera darme un sueño plácido