miércoles, agosto 23, 2006

El jinete en la oscuridad













El jinete en la oscuridad

“He escuchado del silencio,
el secreto de árboles ocultos.
Un jinete en la oscuridad,
el grito de una escopeta,
quisiera mecerme en aquel
caballo de madera,
que en mi mente
era una bestia infernal.
Ahora sientes el viento
del invierno que siempre
ha de llegar a mis brazos.
Las miradas se cruzan,
el olor a pólvora se mezcla
con la complicidad,
un jinete en la oscuridad
ha caído desde un juguete.
Aún puedo escuchar
el rezo hereje en mi oído,
"deseas confesar"...
mi pecado fue jugar
en un caballo de madera"

Tomado de “Desde el Absoluto al Fuego”, poemario dedicado a la Maga.

Éste martes supe que fui el primer lugar en poesía en mi Colegio, fue genial, realmente no podría explicar la alegría que sentí en ése momento, salvo cuando corrí y me deslice por el pasillo.

Pido disculpas por no haber subido antes algún comentario, pero no hay tiempo, más bien he estado leyendo libros.

Muchas veces me he preguntado como podremos realizar éste proyecto que tenemos con Felipe, pensando como unir a un grupo que quisiera seguir una misma línea de escritura, simplemente escribiendo me respondí. Toda ésta idea me da ganas de estar allí para ver como resulta, si será un bodrio, perdida de tiempo o si será un buen “movimiento” que quiso hacer algo diferente. Algo alocados, pero queremos escribir, eso debe ser lo importante, sin embargo, no podemos dejar de lado la calidad de la escritura que deseo. Ya estoy empezando a escribir un manifiesto, o si se le puede llamar así. Tal vez seamos sólo un movimiento dentro de un colegio pequeño y desconocido, y que con el tiempo se llegue a olvidar (recuerdo a los real viceralistas), pero nos atrevimos a hacer algo, no nos quedamos de pie, esperando a otros. Siempre he pensado que en una década o dos se generará una gran generación de cuentistas, novelistas y poetas en Chile, no me digan que soy un idealista, un romántico, porque esas cosas ya las sé.

Diego me ha dicho que he evolucionado, creo en sus palabras. Hemos hablado de muchas cosas, sobre todo de literatura. Nuestra experiencia con Roberto Bolaños, que nos ha enviciado. Ahora estoy escribiendo cuento, dándole más calidad de humana a cada personaje como me lo han aconsejado, tratando de insinuar más que mostrar todo ante el lector. Luego de aquello empezaré la novela que siempre he querido escribir, llena de realidades, de fantasía, misterio, magia y de humanidad, sobre todo humanidad.

Por el momento no tengo más planes literarios que, terminar “el pintor de las mujeres azules” y otros cuentos más que tengo en mente para hacer una antología propia y empezar la novela, formar el grupo literario.

“El pintor de las mujeres Azules”

“Desperté ese días cerca las cuatro de las mañana, el teléfono, me levante a regaña dientes. Contestó ella, dijo, necesitaba escuchar tu voz, colgó. Me vestí con lo primero que encontré sobre la cama, y calenté agua para preparara café instantáneo. Las palabras que me dijo Angélica quedaron rodando en mi cabeza. Luego empecé a preguntarme, porque no le dije donde estaba y un montón de preguntas. Bebí el café instantáneo mientras encendía un cigarrillo. Salí apenas bebí el café. Tome mi sombrero y abrigo más una bufanda. Caminé sin sentido alguno, tome calles y otras así. La noche o más bien madrugada, pero helada. En una plaza me encontró el amanecer. El Sol me hizo recordar cierto cuadro que pinté cuando era aún joven en Cartagena. Encendí otro cigarrillo el humo llegó a mi casa como una densa neblina, era el terminal y ésta era la última vez que viajé solo hacia Santiago. Estaba nublado, casi llovía. Así conocí a Angélica, comenzó a llover.”

lunes, agosto 07, 2006

Nicanor Parra y su hombre imaginario.


''El Hombre Imaginario''

El hombre imaginario
vive en una mansión imaginaria
rodeada de árboles imaginarios
a la orilla de un río imaginario

De los muros que son imaginarios
penden antiguos cuadros imaginarios
irreparables grietas imaginarias
que representan hechos imaginarios
ocurridos en mundos imaginarios
en lugares y tiempos imaginarios

Todas las tardes tardes imaginarias
sube las escaleras imaginarias
y se asoma al balcón imaginario
a mirar el paisaje imaginario
que consiste en un valle imaginario
circundado de cerros imaginarios

Sombras imaginarias
vienen por el camino imaginario
entonando canciones imaginarias
a la muerte del sol imaginario
Y en las noches de luna imaginaria
sueña con la mujer imaginaria
que le brindó su amor imaginario
vuelve a sentir ese mismo dolor
ese mismo placer imaginario
y vuelve a palpitar
el corazón del hombre imaginario"

Aun cuando es estoy escribiendo aquí sigo leyendo e imaginando al hombre imaginario, valga la redundancia. Hace unos días conversé con un amigo sobre éste poema, no recuerdo muy bien lo hablado. Pero ése día estábamos paseando por la Quinta, viendo el lago o viendo los árboles que allí se pueden apreciar, grandes pinos- me encantan los pino- y otros árboles que no reconocí, no soy experto en materia de árboles ni maderera. Conversamos sobre lo que era Roberto Bolaño, más bien yo le hablaba de él, también hablamos de otros libros, entre ellos de de Rayuela, de la casa de los espíritus y de como nos había marcado-fue uno de mi primer libro que leí con ferocidad, sin embargo, yo sigo pensando que es una copia de Cien años de soledad. Ese día también recordamos nuestro viaje al Tabo, mientras yo escribía un cuento y leía obras de Cortázar, y hablábamos de cambiar el mundo.


Lo interesante fue conversar sobre aquel hombre imaginario y sobre Nicanor Parra. Allí le postulé una idea que tenía en mente hace varios días: Crean un movimiento de vanguardia chileno. Allí mismo pensábamos que debía tener ése movimiento, ése pequeño grupo de amantes de la escritura o de la lectura. Dijimos algo de la crítica social, pensábamos en conjunto que nuestra sociedad está mal (yo di un ejemplo que sólo mi receptor sabe cual es) y que nos tenía mal a nosotros también. Hablamos también que tal vez debía tener absurdos de las cosas cotidianas. En esas semanas pensaba mucho en Roberto Bolaño y en su escritura y en su pérdida par la literatura tanto para la chilena como para la internacional. Claro, dirán son unos jóvenes que no tienen idea de literatura y de que es crear un movimiento literario, pero yo les digo, que sólo se necesitan las ganas de escribir, las de leer, las de querer algo más, las de tener un sueño y las de crear algo nuevo. No quiero ser romántico, pero sí quiero ser un soñador. Tal vez algún día, no hoy ni mañana, pero sí en un tiempo más adelante, Chile pueda tener un grupo literario que quiera destruir todas las barreras que alguna vez fueron quebradas por otros que nos antecedieron u otros que vendrán luego. Ojalá yo esté vivo aún y pueda estar con ellos. Estos días he pensado mucho en Diego Zúñiga y sus escritos, deseo encontrarme algún día con él, y que me diga, estás loco. Pero sé que el también tiene ése sueño y quién sabe, él sea uno de los mejores exponentes.

*Utilicé a Nicanor Parra para una introducción.